Pasta Amatriciana
Es verano, el calor agobia, más a los pobres taxistas que entre ventanas abiertas y el tráfico nefasto se derriten y sudan su mal humor. A nosotros el calor nos tortura pero a los tomates los madura. No hay mejor época que está para comer tomates, en salsa, en ensalada, así no más con oliva y sal. Yo los amo y busco durante el año como van madurando y mejorando. Mis capreses se vuelven cada vez más sabrosas y si le añades un par de hojas de albahaca recién cosechada del balcón o terraza de tu casa mejor.
Este fin de semana le preparé a mi esposo su salsa favorita, la Amatriciana. En nuestro primer viaje a Roma comió un plato de pasta con esta salsa en un restaurante de esos sencillo, de barrio y se enamoró. Ahora si voy yo o mis papás le traemos guanciale para poder recreársela en casa. ¿Qué es el Guanciale? La carrillera o cachete de cerdo curada con sal, como tocino pero sin ahumar. Pueden usar tocino para esta receta o panceta de cerdo de buena calidad.
Si van a usar tocino busquen uno que no tenga colorantes y sea lo más natural posible. Yo suelo usar el de Zimmerman o busco de comprarle a algún carnicero especialista. Mientras más naranja es, más colorante tiene. Como toda receta con pocos ingredientes los que le ponen cuentan así que busquen tomates bien maduros, si pueden orgánicos mejor ya que el tomate se cultiva con muchos pesticidas.
Disfruten!
Cristina
Pasta Amatriciana
Ingredientes
2 cdas aceite de oliva
1 taza de guanciale, pancetta o tocino picado
1 cda de pimienta negra recién molida o ½ cucharadita de pepperoncino
1 cebolla blanca de preferencia (yo usé roja porque es lo que había en casa)
15 unidades tomates maduros pelados y picados en cubos sin pepa
2 dientes de ajo chancados
2 ramas de albahaca en hojas enteras
1.5 paquetes de Spaghetti o bucatini o 150gr de pasta fresca por persona
Queso Pecorino Romano
Pepperoncino o ají limo picado
Preparación
Licuar la mitad de los tomates.
Calentar una sartén de fondo grueso, yo soy adicta a mi sartén de fierro fundido, y añadir el aceite de oliva. NO calienten el aceite junto con la sartén ya que el aceite de oliva es sensible al calor y si se calienta mucho pierde sus propiedades benéficas. Añadir el guanciale o tocino y dorar ligeramente. Quieren que el tocino suelte su grasa pero no se vuelva completamente crocante. Dejar sólo dos cucharadas de la grasa del tocino o guanciale en la sartén. Tostar una cucharada de pimienta negra recién molida o ½ cucharadita de pepperoncino en el aceite por unos segundos. Añadir las cebollas y dejar dorar ligeramente, una vez marchitas, añadir los tomates y el ajo, saltear a fuego alto. Entreverar las ramas de la albahaca en la salsa, añadir una taza de agua y tapar la sartén dejando que la salsa se cocine a fuego bajo por 20 minutos o hasta que los tomates estén suavecitos y los sabores amalgamados.
Faltando 10 minutos para terminar la salsa, cocinar la pasta según sus direcciones (usualmente spaghetti seco se cocina por 10-11 minutos) Una vez lista la pasta, entreverar con la salsa dejando que la pasta chupe salsa. Yo siempre guardo una o dos cucharones de agua de la pasta y la añado con la salsa. El agua de la pasta es milagrosa y al tener toda el almidón de la pasta ayuda a “armar” tu salsa. Nunca sirvo pasta con la salsa encima porque siento que es como una bofetada al sabor. La pasta se mezcla, entrevera y se sirve con cariño. Al final espolvorear con Pecorino Romano y peperoncino o ají limo.