Guía de Bajadas: Huáscar
Tiene uno de los mejores nombres para una cebichería: Huáscar. Combate peruano. Detrás del mercado de Surquillo miraflorino, a media cuadra de Bam Bam y un poquito más allá del clasicazo nikkei Yamakawa, está este huequito. Cocina limpia y técnica aplicada, nada de quimbas ni el plato pintado. Pocos entienden que lo más difícil es hacer lo más simple, y acá son cumplidores y sacan buenas porciones.
Todos los platos son para compartir; claro, excepto las copas, que son una delicadeza con buena calle. La cocina es de Raúl Araníbar Vargas, cocinero empeñoso que empezó en un pequeño puesto del mercado Valle Saron de San Juan de Miraflores, estuvo solo unos meses allí hasta que se mudó a un local por ahí cerca. En ese tiempo también pasa por Mistura y ofrece los tallarines marisqueros (el de la foto), que es una explosión de sabor, la crema es increíble y trae bastantes mariscos en plato hondo.
Hay todos los platillos clásicos de una buena cebichería y también una pizarra con los criollos de siempre: lomo saltado, tallarines verdes con apanado, ají de gallina, entre otros. Lo bueno que en la semana, a la hora del menú, saca con buenas combinaciones, dos o tres platos en uno solo. Ah, y tip de sibarita antiguo: el camote (felizmente) no es glaseado y el corte de pescado es casi plano como el del tiradito, esa es la voz.
Huáscar
Jirón Varela y Orbegoso 275
(ex calle Huáscar, paralela a la vía expresa)
No pidan mucho estacionamiento, porque es zona de mercado (y el de Surquillo todavía); pero hay una playa a la vuelta, junto a la ferretería La Sirena.
Aceptan Visa.
Todos los días de 12 a 5 pm.